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Escuela de Padres

Resumen de la reunión del 19 de abril de 2004

SESIÓN DEL DÍA: 19 de abril de 2004
LUGAR: Instituto
HORA: 6 de la tarde
ASISTENTES: 25 padres y madres

Tema de la sesión
La autoestima en los niños y adolescentes (3)

Actividades realizadas

1º Lectura de las conclusiones de la sesión anterior
2º Análisis de la escala de autoestima de Piers-Harris
3º Trabajo en grupos para continuar con el análisis de las cualidades y hábitos negativos de nuestros hijos e hijas.
4º Análisis de algunos ejemplos sobre maneras adecuadas e inadecuadas de corregir o reprender las malas conductas.
5º Planteamiento de tareas para casa.

Conclusiones

1. El refuerzo de las cualidades positivas de los hijos es una de las principales estrategias para ayudarles a edificar su autoestima. Los niños y adolescentes pueden no ser capaces por sí mismos de apreciar sus propias capacidades.

2. Cuando los padres consideran a su hijo/a de forma positiva, ellos aprenden también a verse a sí mismos de forma positiva. Es también importante que tengan oportunidades para poder cultivar y demostrar sus cualidades positivas.

3. Para que el elogio sea eficaz y sea bien aceptado debe cumplir varios requisitos.
• Debe ser sincero y franco. Para quien lo recibe debe ser creíble y no encerrar segundas intenciones.
• Debe ser especifico, es decir, debe aclararle al niño/a de forma concreta que es lo que valoramos de su comportamiento o de sus habilidades
• No debe ser exagerado (”eres la mejor niña del mundo”). El elogio excesivo nos hace sentirnos presionados para destacar siempre y no fallar nunca.
• No debe contener una crítica oculta (“Lo has hecho muy bien. Así tendrías que hacerlo siempre”)

4. Detrás del comportamiento de los niños y adolescentes hay un intento por satisfacer sus necesidades.

5. En ocasiones nos cuesta mucho detectar cuáles son las necesidades que los hijos manifiestan con su comportamiento. También resulta difícil apreciar el lado positivo que puede esconderse tras los comportamientos y hábitos que menos nos gustan.

6. Muchas veces, con sus comportamientos, los adolescentes manifiestan un deseo de independencia y de sumir sus propias responsabilidades. En ocasiones nos hacemos cargo de responsabilidades que deberían ser de ellos. El diálogo y los pactos son necesarios para aclarar las responsabilidades de cada cual en las tareas de casa, los estudios, etc.

7. Cada niño/a puede tener necesidades diferentes. No hay reglas ni métodos que sirvan para todos por igual.

8. Los niños, igual que cualquier persona, tienen sus limitaciones. Si los padres comprendemos y aceptamos las partes buenas y malas, es más fácil que ellos se acepten también a sí mismos/as. También podemos tener problemas si queremos un hijo/a a nuestra imagen y semejanza. No podemos olvidarnos de reforzar aquellas cualidades que ellos tienen y nosotros no.

9. Algunos de los aspectos de nuestros hijos que interpretamos como cualidades negativas pueden ser en realidad cuestión de gusto o estilo personal y sólo le afectan a él/ella. Es mejor no derrochar energía en asuntos como el peinado, los gustos musicales o algunas aficiones. Con fijar algunos límites puede ser suficiente.

10. El lenguaje que los padres utilizan con sus hijos es el instrumento más potente de que disponen para edificar una buena o una mala autoestima. Por eso es importante cuidar la forma en la que hablamos a nuestros hijos e hijas cuando juzgamos sus comportamientos.

11. Si cuando interpretamos su conducta cometemos el error de generalizar, exagerar o fijarnos sólo en lo negativo estamos dando un mal modelo y dañando su autoestima. Además provocamos en nosotros mismos emociones negativas (enfado, rabia …) que nos impiden actuar con la serenidad que requieren algunas situaciones.

12. Controlar las emociones negativas es especialmente importante cuando vamos a corregir una mala conducta. El lenguaje de la autoestima censura la conducta pero no a la persona, expresa los propios sentimientos y puntos de vista pero no acusa, expresa las razones para el cambio de conducta, reconoce también los sentimientos del niño y las dificultades que puede tener para cambiar e indica de forma concreta cual es el comportamiento que se espera de él/ella.

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